Te doy la bienvenida a ti, lector, al rincón de mis propósitos. Dejate llevar por la cadencia de mis letras, porque están hechas para ti, con el real afán de hacerte mío, de llevarte a mi lado, de tomarte de la mano mientras caminamos por los mas álgidos recovecos de mi mente. 
Tomame entre tus labios y pronunciame.

24 de septiembre de 2010

Amapola


Hoy les voy a contar cuando volé...

Hace ya mucho, pero mucho tiempo, un día soleado de verano, en el reino de las amapolas, un joven atractivisimo poso su mirada en mi, se acerco y con un solo beso me otorgo el poder de volar. 

De un solo golpe estaba yo en las nubes, la altura no era problema, no sentía miedo, era feliz, desde aquel lugar podía ver todo el reino, Argemone me miraba incrédula, nunca nadie en el reino de las amapolas había sido capas de volar, aunque los Dientes de León habían intentado enseñarnos, ni siquiera la reina Ababol, la mas hermosa y mágica entre las amapolas, lo había logrado, pero ahí estaba yo, elevadisima entre las nubes. 

Los niños que jugaban a la orilla del río estaban fascinados por el espectáculo, todo aquello era realmente insólito, y aunque estaba emocionada y realmente contenta, lo único que mas quería, aparte de seguir volando con la brisa, era estar en los brazos de aquel hermoso muchacho que me había dado el mas bello de los regalos, cuando por fin pude bajar él no estaba, lo busque por el reino entero, pero nadie lo vio, la reina Ababol ordeno que fuera buscado el extraño, durante mas de 100 soles los cardos, quienes se encargaban de mantener seguras todas las praderas del reino, buscaron y buscaron, sin encontrar absolutamente nada.

Pronto todos se olvidaron de aquel muchacho, y el incidente se convirtió en una de esas historias que se les cuenta a los retoños cuando el sol se oculta, la historia de como una ves una amapola pudo volar.

Sin embargo yo no lo olvido, no olvido lo ocurrido aquel día, y no olvido al muchacho que con solo un beso logro darme el cielo.



Para ti que me permitiste aprender lo que es el amor

4 de septiembre de 2010

Te ame sin conocerte y desee con todas mis fuerzas estrecharte entre mis brazos.

 Por siempre tu corazón palpita junto al mio.